Editorial Nº1

. sábado, 5 de abril de 2008
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El campo popular ha realizado una gran cantidad de experiencias en tiempos recientes que merecen discusión y análisis; en especial si queremos avanzar con firmeza hacia la concresión de un proyecto común.

Desde este punto de partida, podemos esbozar que si hay un problema pendiente desde hace tiempo, es la cuestión del poder. Poder, entendido como la forma de realizar cambios concretos con sentido progresista y consistentes con nuestras ideas.

Hoy, gracias a la experiencia de estos años de democracia y al rico aporte histórico de muchos argentinos que nos precedieron, contamos con un bagaje teórico y práctico suficiente como para no dejarnos engañar por las declamaciones voluntaristas o meramente académicas.

El tema está allí puesto sobre la mesa y esperando nuevas respuestas a las preguntas de siempre: el qué y los cómo. Es que al preguntarnos qué es el poder en realidad nos preguntamos también cómo lo construimos, cómo se democratiza y cómo se acumula a fin de lograr objetivos colectivos.

Lo llamativo es que aunque parezcan inquietudes sobre las cuales todos tenemos respuestas convergentes, en la vida política real los senderos han tendido a bifurcarse al punto de llegar hasta destinos antagónicos y muy lejanos de los propuestos inicialmente.

En gran medida esta revista viene a dar un espacio para plantear estas cosas, haciéndolo desde el disenso y la pluralidad.

Venimos a avivar discusiones, no a silenciarlas. Estamos aquí para liberar -también- las ideas y no para domesticarlas. Creemos en la unidad como algo más que una bandera discursiva o una fotografía estática. Y estamos seguros de que los nuevos tiempos que se abren en la Argentina, necesitan de nuestro esfuerzo y compromiso.

Como bien dijo Scalabrini Ortiz, el nuestro es el trabajo de la gota de agua, la misma que de una en una rebalsa el vaso e idéntica a aquella que con la fuerza de su persistencia orada la piedra. En este sentido La Esquina es otra gota, aislada si el espectador solo la mira por un instante, pero permanente si podemos apreciarla como parte de una larga cadena con miles de eslabones.

A las puertas de que nuestro país cumpla 200 años de su declaración de independencia, en estas páginas venimos a rescatar una vez más las ideas de justicia, libertad y desarrollo que dieron inicio a nuestra patria. Un objetivo sencillo de enunciar pero de abordaje urgente donde son indispensables todas las voces, las ideas y las manos de nuestro pueblo.

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