Están Jugando con fuego

. sábado, 10 de mayo de 2008
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Entrevista a Salvador Treber

Cuando nos propusimos hacer esta entrevista a Salvador Treber, lo hacíamos con el bagaje de haberlo escuchado y leído muchas veces, y en cada ocasión habíamos percibido su esfuerzo personal por explicar de manera sencilla pero fundamentada y contundente temas que muchas veces se presentan como patrimonio exclusivo de los entendidos.
Esta búsqueda por hacer comprensible los problemas económicos reales de la gente, la volvimos a sentir en la charla que tuvimos con él hace unos días, cuando con su característico estilo coloquial fue hilvanando pensamientos que en muchos casos trascendían lo meramente técnico para hacer pie en las implicancias humanas y sociales de las políticas económicas.

La Esquina: ¿Cómo ve usted la situación financiera de la provincia?
Salvador Treber: He incursionado varias veces sobre este tema y he dicho siempre que la situación financiera de la provincia es muy comprometida. No se trata de un problema actual sino que es un problema por acumulación. Se manejan y se dibujan cifras de tal manera que los resultados oficiales hacen aparecer como que hay saldos positivos de la gestión y esto no es así. Se omite una parte considerable de la deuda flotante, es decir gastos del ejercicio que no se pagan dentro del ejercicio; se hacen manipuleos para que no se vean; pero, la tesorería a la corta o a la larga, debe afrontarlos. De tal manera que eso actúa como una bola de nieve, lo que por allá del 2003 ó 2004 fueron 200 millones de pesos, hoy están alrededor de los 1000 millones. Si el presupuesto provincial total está en 8.200 millones esto significa que hay un 15% adicional que no tiene cobertura -pero que debe ser atendido con los recursos habituales- como esto no se puede hacer se traslada esta deuda flotante del año en curso hacia adelante y así va creciendo. Al margen de ello, dentro del sector gubernamental hay algunos agujeros negros. La Caja de Jubilaciones de la Provincia ha hecho conocer y elevado al Tribunal de Cuentas el balance sellado del año 2003. Desde entonces no se ha dignado en cumplir con su obligación de llevar los respectivos balances y nadie hace nada.

LE: ¿Qué hay detrás de estos balances faltantes?

ST:
Yo creo que un agujero negro. En su momento yo estimé que para el 2008 habría un desequilibrio funcional de $800 millones de los cuales la Nación según su propio presupuesto- se hacía cargo solo de $430, el resto no se hace cargo nadie. Y esto se debe a que la Nación asumió la cobertura del desequilibrio pero siempre de acuerdo a la norma de la ley nacional… y la provincia se ha dado ciertos lujos. Por ejemplo ha jubilado a varios miles con menor edad bajo el régimen de jubilación anticipada y además la Nación para calcular los haberes jubilatorios usa el promedio de los salarios de los últimos 10 años, mientras que en Córdoba se usa el mejor salario que tuvo el beneficiario. Obviamente eso crea diferencias, a las cuales la Nación no se comprometió a cubrir. Por otra parte, cuando se dice públicamente que se va exigir a la Nación más fondos, se omite decir que solo es exigible aquello que está firmado y acordado.

LE: ¿Por qué Córdoba no transfirió a la Nación su caja de jubilaciones?
ST:
Córdoba -y otras 10 provincias- no lo hizo porque la constitución no se lo permite. Al resto de los distritos más Capital Federal la Nación las tiene bajo su órbita y hace cumplir las reglas que a nivel nacional rigen y cubre esas cajas como si fuera un compromiso propio del estado nacional. Mientras tanto a las provincias que no han entrado en este sistema las atiende como si lo estuvieran dentro de su régimen, lo que produce un hueco financiero.
LE: Hay un aporte especial de los trabajadores, un fondo compensatorio para la caja… ST: Si, un fondo compensatorio que se está usando para cubrir parcialmente las diferencias. Esto jaquea las finanzas de la provincia. Se está generando una deuda, porque la provincia está desviando fondos que tienen otro destino y que deberá devolver.

La deuda provincial

ST:
Sin que tomemos en cuenta este desvío de fondos, el problema es que la provincia oculta cuál es el verdadero monto de la deuda. Porque en las rendiciones oficiales, cuando se toma la deuda pública provincia, se da solamente la de la administración central y en una nota agregada se dice “Por no ser obligatoria no se incorpora la de los organismos descentralizados y agencias, pero a título aclaratorio se señala que la Agencia de Inversión y Desarrollo debe $1200 millones”, con eso se llega a los $8000 millones… Pero no es la única agencia. Hay 15 organismos descentralizados, de las cuales 14 se abstienen de mostrar sus números amparados en una norma legal que no explicitan, cuando la ley dice que deben mostrar sus balances.
En este marco Nación es el principal acreedor y en el presupuesto provincial del 2008 se prevee que el estado nacional refinancia $800 millones, pero en realidad hasta ahora se han acordado solo $300 millones. Entonces, si sumamos la deuda de la caja y esta parte de deuda no refinanciada ya tenemos $850 millones a lo que hay que agregarle la deuda flotante que hablábamos al comienzo. Es decir que la deuda total debe estar en no menos de $11.500 millones. Además hay otros conceptos que ni figuran, como por ejemplo la deuda que la provincia mantiene con el Banco de Córdoba, que según las palabras del presidente de la entidad en 24 de mayo de 2007, la provincia le debe $390 millones más intereses. Ante todo esto la provincia no se da por enterada. Como no se da por enterada de otra deuda que la provincia mantiene con APROSS al desviar fondos de la misma con un fin distinto. Están jugando a las escondidas, están jugando con fuego. Porque a los compromisos tarde o temprano tendrán que atenderlos.

LE: ¿Está comprometido el futuro de la APROSS?

ST:
Ese es otro de los balances que no se conoce. Hay cuatro organismos que han adherido a la modalidad de la Caja de Jubilaciones y no muestran sus balances. Por supuesto esto debe haber sido convenido con las autoridades provinciales para no destapar la olla. La olla está hirviendo, si usted la destapa sale el humo y si no, se sigue recalentando hasta que, por la fuerza del vapor se destapa la olla.


LE: Por estos días la provincia está con el discurso de que la Nación le debe dinero…

ST: Si esa plata llegara estarían chochos, estarían menos pior… Pero es una cortina de humo. Lo correcto sería enfrentar la realidad. Porque las víctimas de esta situación no son los funcionarios de turno. La víctima es la toda la población.

Retenciones y coparticipación


LE: Ahora, esta disputa que vemos en la actualidad entre la provincia y la nación ¿cómo la evalúa usted, más allá de la cortina de humo…?

ST:
Todo es una cortina de humo. Hay cosas que se podrían hacer y no se hacen. Por ejemplo, la coparticipación de la cual tanto se habla, tiene un régimen legal que en su artículo 7º explicita que el MINIMO que se debe coparticipar es el 34% de todos los recursos (copoarticipables y no coparticipables, incluidas las retenciones y los impuestos aduaneros). Ese es un elemento bajo el cual las provincias podrían reclamar una diferencia que nadie reclama. Además en agosto de 1993 las provincias cedieron voluntariamente a la nación el 15% de la coparticipación para facilitar que se elevara el haber jubilatorio mínimo de $150 a $200 mensuales. En ese momento el sistema jubilatorio estaba totalmente ilíquido y no podía afrontarlo. Ahora le sobran recursos y las provincias siguen dejando ese 15% ¿por qué no denuncian ese acuerdo y reclaman que ya basta?
Cuando plantean modificar la coparticipación lo hacen como si no supieran -en cuyo caso están descalificados para opinar o gobernar- o no quieren saber, que modificar la coparticipación es virtualmente imposible bajo el texto de la constitución de 1994, porque exige un acuerdo previo de todas las provincias con la Nación, en el que no puede haber ningún disidente. Es decir que cualquier provincia tiene derecho de veto. Como hay provincias que no se van a sentar ni siquiera a hablar del tema si no les garantizan que no les van a mejorar la situación, y, como mejorar la situación de unas significa perjudicar a otras, nadie quiere saber nada.

LE: ¿Qué opina de la propuesta de incorporar las retenciones a la coparticipación?

ST:
Los que proponen eso no leyeron la constitución. En su artículo 4º dice que son exclusivos del tesoro nacional los derechos de exportación (retenciones) e importación, además prohíbe a las provincias cobrar esos derechos. Así que creo que en este punto se está planteando que se viole la constitución nacional. O son ignorantes a nivel de burros o son hipócritas que están mintiendo, una de dos.


LE: ¿Cómo analiza usted el tema del impuesto inmobiliario rural en Córdoba?

ST:
Bueno, ahí tenemos un problema con las valuaciones, que son de 1993. La provincia, por este desfasaje, deja de percibir la cifra de $1000 millones anuales. Esto le quita a los funcionarios cordobeses autoridad moral como para ir al ámbito nacional a extender la mano y pedir fondos que no genera. Y no los genera porque no quiere.
Pero bueno, como el caudal de votos del interior es muy grande, entonces es más importante conservar esos votos que sanear las finanzas públicas.

LE: ¿Cómo se hace entonces para equilibrar las necesidades coyunturales de la política con las necesidades de la economía?

ST:
No. Yo no las pongo en un plano de igualdad. El requerimiento de la población, las obligaciones con respecto al conjunto de la sociedad, son absolutamente prioritarias. Nadie le pide a usted que se dedique a la política, si usted lo hace no debe ser como si se acercara a una vaca y la ordeñara para beneficio propio, eso es una desfiguración deshonesta de la política.


Los conflictos en puerta

LE: ¿Cómo ve usted el escenario de la discusión salarial del sector público?

ST:
Veo un escenario conflictivo. Si a mitad de año las cosas empeoran desde el punto de vista inflacionario las bases van a impulsar a los gremios a exigir un aumento.
Pero la provincia está metida en círculo vicioso, porque no quiere administrar impuestos. Mientras usted y yo pagamos los impuestos al consumo, como es el de ingresos brutos; a los “pobres y arruinados dueños de la tierra” no les cobra nada. Eso es profundamente regresivo e injusto. No pueden darse estos lujos pensando que de nación le van a girar la plata para solventarlos. La provincia no tiene cómo afrontar sus gastos porque no ejerce sus facultades tributarias en plenitud, pero, además de facilitarle la buena vida a determinados sectores, es ineficiente a la hora de recaudar.

LE: En el plano nacional ¿Cómo ve usted la situación?

ST:
El gobierno tiene varios desafíos. Ahora ha aparecido un nubarrón en el horizonte, bastante serio, que es lo que ha sucedido con el campo. Una situación que no tiene antecedentes en la historia argentina. Ahora varios se quieren hacer los inocentes pero el planteo era: “ustedes o nosotros”, “Cristina andate”... Se llegaron a decir cosas tan terribles y alarmantes como que “estamos para morir o matar…” Es una locura. Yo puedo reclamar, solicitar o negociar, pero someter a un chantaje, teniendo como rehén a toda la población con el tema del desabastecimiento, es un despropósito total.
Les guste o no les guste, lo que sucedió tiene un tufillo conspirativo. Aunque algunos periodistas ridiculicen esta idea, es así.

LE: ¿Cómo ve usted el proceso inflacionario actual?
ST: A nivel gubernamental no hay demasiados mecanismos para controlarlo. Sería prudente que traten de reducir al máximo todos los gastos públicos que no sean imprescindibles. El gasto está creciendo a un ritmo alto, del 37%. También tendrían que perfeccionar el control sobre las líneas verticales de comercialización. Sirve de poco que se sigan los precios a nivel minorista sin hacer algo para controlar las líneas intermedias, en donde la economía argentina está muy fuertemente concentrada. El 60% de la actividad económica la manejan 500 empresas, de las cuales 380 son de capital extranjero y las que les importa un pepino en bienestar del país. Este proceso que vivimos hoy es consecuencia de la década del 90. Culminación de la entrega de los resortes más importantes de la economía. Tenemos problemas energéticos y tenemos que rogarles a las empresas extranjeras que produzcan más petroleo. Antes era un problema de acrecentar la producción de Gas del Estado y de YPF, hoy es cuestión de que otros quieran o no quieran. Entonces por un lado hay que restringir los gastos y tratar de elaborar un plan de mediano plazo, cosa a la que le tienen una alergia especial, no se por qué. Dentro de ese plan, lo que es imprescindible es una reforma tributaria a fondo, que hasta ahora la han rechazado en todos los tonos.

LE: Otro tema que se ha puesto en discusión en estos días es la redistribución de la riqueza…
ST:
No hay posibilidad de redistribución de la riqueza sin una profunda reforma tributaria. Como ejemplo le comento que hace muy poco tiempo ha salido un estudio internacional, basado en el Coeficiente GINI. El mismo sirve para medir el grado de distribución de la riqueza y oscila entre 0 y 100. Cuanto más cerca de cero está este indicador más justa es la distribución cuanto más lejos es más injusta y regresiva. Este estudio se hizo sobre países europeos y midiendo la distribución antes de la introducción de las medidas de política fiscal gasto y régimen tributario- y para los 15 países de la Unión Europea daba 47, que es elevado. Pero el mismo estudio con la introducción de las medidas de política fiscal que existen en estos países, baja a 33. Entonces vemos con claridad que hay una diferencia de 14 puntos atribuibles a política tributaria y asignación de gastos. En la Argentina se hizo el mismo trabajo y la diferencia entre las dos situaciones es apenas de 2. Es decir que hay mucho para hacer en esta área.
Yo estoy convencido que la reforma puede ser redistributiva y aumentar la recaudación por lo que me pregunto por qué no se quiere avanzar sobre este tema. Y se me ocurren tres respuestas posibles: o no saben qué hacer, o no quieren hacerlo o tiene miedo de tocar intereses muy poderosos que le pueden dar grandes dolores de cabeza.

LE: ¿Cómo se puede llevar adelante esta reforma?
ST:
Ante todo hay que tener en cuenta que es un proceso que lleva tiempo. En Europa trabajaron por 4 años, en EEUU un año y medio, en Canadá 2 años, es decir que lleva mucho tiempo. Además es necesario que la comisión de estudio esté por fuera del organismo de recaudación ya que el mismo no busca ser equitativo sino a hacer más fácil el proceso de recaudación.
A mi me tocó integrar una comisión en el muy convulso año de 1985 y elaboramos una reforma y advertíamos que era una unidad integral. En el mes de enero el presidente Alfonsín lo llamó al ministro Grinspun y se puso a leer, a cambiar y a tachar, y asi salió la reforma de 1986 que es un verdadero desastre.

La Argentina que yo viví

Cuando llegamos al estudio del Profesor Treber lo encontramos trabajando, rodeado de libros, algún diario y su computadora.

Evidentemente su actividad sigue siendo vital y productiva lo que le indica que -mal que les pese a algunos- hay Treber para rato.

Allí y casi ya afuera de la entrevista, Treber nos comenzó a hablar sobre su actividad actual y nos comentó que estaba escribiendo un libro.

Es tal vez mi último libro -dijo- no porque sea lo último que vaya a escribir, sino porque no se cuanto hilo me queda en el carretel.

Por el momento su nombre provisiorio es “La Argentina que yo viví” y en él analizo todos aspectos de cada década desde la del 30 hasta hoy: económico, deportivo, político, medios de comunicación.

Allí trato de volcar todo lo que pueda ser útil a la gente pero, le aseguro que me amargo porque... ¡qué forma de desperdiciar tiempo y energía que hemos tenido en la Argentina!...

Seguramente este será un libro más que interesante pero aún falta un tiempo para su edición ya que constara de 9 capítulos y actualmente está a la mitad.

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