Sindicales: El modelo social argentino

. lunes, 22 de septiembre de 2008
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Escribe: Sergio Cornatosky
Sec. General UEPC Capital


El modelo social argentino puede considerarse ejemplo de desarrollo económico con profundo compromiso social. La amalgama misma de la nación da cuenta de la capacidad de integrar a criollos e inmigrantes, y a las masas rurales al desarrollo industrial, en un proceso de sostenida movilidad social ascendente.

La construcción de ese modelo social, que se consolidó centralmente a mediados del siglo XX, se verificaba en todo el Sistema Solidario de Seguridad Social, la Escuela Pública y la Salud y en las relaciones laborales. Todas ellas, daban marco comunitario de identidad nacional y de hecho vertebrador; el Estado jugaba un papel fundamental en el equilibrio de los intereses sectoriales y el crecimiento tenía relación central con la distribución de la riqueza y los actores políticos integraban a todos los sectores sociales.

Los argentinos vimos como a partir del golpe cívico-militar del '76, ese “Estado de Bienestar” dueño de empresas que administraban y distribuían la renta nacional, fue siendo reemplazado por un “Estado Neoliberal” que se cruzaba de brazos frente a todo lo que ocurría en la economía, o que miraba impasible, o favorecía la concentración de la riqueza y el crecimiento de la pobreza en medio de la orgía de las libertades económicas. Si bien reconocemos lo hecho desde el 2003 en adelante, la matriz de injusticia instaurada hace más de 30 años sigue vigente.

Las organizaciones sindicales son herramientas insustituibles para recuperar la solidaridad y la justicia perdidas. Su naturaleza y objetivos las resguardaron de la atropellada económica y cultural de la postmodernidad. El derecho a trabajar con una retribución justa, capacitación, condiciones dignas, preservación de la salud, protección de la familia, la defensa de los derechos profesionales, junto a la participación en las decisiones de las empresas Públicas o Privadas donde se trabaje, prepara a los trabajadores y los dirigentes sindicales para llevar adelante esa tarea.

Perón en el Proyecto Nacional, decía …“Es imposible mantener una distribución socialmente justa del ingreso nacional si las decisiones económicas no acompañan la política social que se dice propiciar. Cuando las decisiones políticas siguen un patrón inadecuado, la distribución del ingreso queda subordinada al mismo, más allá de los buenos deseos de cualquier gobierno. En consecuencia, lo que llamamos “Justicia Social” también requiere para su materialización de una efectiva participación del gobierno y una elevada eficiencia del mismo.” ... “La elevación permanente y sostenida del nivel de ingresos y su distribución con criterio de justicia social es la finalidad de todo proceso de desarrollo. Poco nos dirán los impactantes índices de crecimiento global si no van acompañados de una más equitativa distribución personal y funcional de los ingresos que termine definitivamente con su concentración en núcleos o élites que han sido la causa de costosos conflictos sociales.

La C.G.T. Regional Córdoba, en un documento de Marzo de este año expresaba: “…Lo que está en juego no es, si un sector económico va a ganar un poco más o un poco menos, lo que está en juego es si se va a retroceder en el rumbo iniciado luego de la caída de la convertibilidad, o si se profundizan las políticas que permitieron recuperar la producción y el trabajo del pueblo argentino en general y la clase obrera en particular... Es imprescindible profundizar aún más la reconstrucción y el fortalecimiento del Estado y dar pasos más audaces en la redistribución de la riqueza.

Abrir instancias de dialogo social más allá de las negociaciones salariales, permitirá incorporar y comprometer distinto a los trabajadores organizados en el proceso de reconstrucción de un Estado y una sociedad que necesita volver a la seguridad social como horizonte de bienestar. Para ello es necesario planificar para el sector público, pero además recrear un sistema económico basado en la producción de bienes y servicios reales y accesibles y no en la especulación como forma de acumulación y la concentración económica. Es necesario restablecer mecanismos serios de distribución de la riqueza en una sociedad barbarizada que perdió sus lazos solidarios y sus trabajadores pueden hacerlo… la historia argentina da cuenta de ello.

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